Probó Windows 11 tras años en Linux y cambió de opinión
Índice de contenido
Por aquí un artículo con el cual me sentí muy identificado hasta cierto punto, que es el que estás leyendo en pantalla. Antes de comenzar, una pequeña aclaratoria: esto no es una crítica a Linux.
Uno utiliza Linux prácticamente a diario. Por ejemplo:
- Android tiene Linux por detrás.
- Steam Deck tiene Linux por detrás.
- Seguramente, si tienes una nevera inteligente, también va a tener Linux.
- Entre muchos otros gadgets
Es decir, Linux está en todas partes. Lo único es que, para la parte de “sistema operativo de trabajo”, a veces no se emplea tanto. Basta con buscar cualquier encuesta para ver quiénes tienen mayor cuota de mercado.
Mi experiencia personal
Aclaro que no necesariamente es por falta de habilidades. Yo tengo más de 15 años programando, me encanta programar y durante buena parte de mi vida trabajé con Linux (sobre todo en la universidad). Sin embargo, después no lo seguí usando tanto, por razones muy parecidas a las que comenta el autor del artículo.
En mi caso particular, la razón principal es simple: no me da la vida. Tengo demasiadas cosas que hacer y, aunque a alguien le duela, no quiero invertir tiempo trasteando con Linux. Sí, al final es conocimiento que queda, pero cuando estás trabajando aprendes muchísimo más programando (que es lo que realmente me apasiona) que configurando un sistema operativo.
Yo disfruto más programar que estar peleando con configuraciones del sistema. De hecho, aquí puedes ver todos los proyectos que manejo a diario en Visual Studio Code. Esa es la razón por la que no utilizo Linux como sistema de trabajo principal.
Aclaro otra vez: esto no lo digo para pelear con nadie. Simplemente estoy leyendo un artículo con el cual me sentí identificado.
Las distribuciones y el “problema de lo manual”
Cuando trabajé con Linux me gustaron muchísimas distribuciones. Probé Fedora, Ubuntu y también Linux Mint. Todas muy buenas, pero para mí el problema es que son demasiado manuales.
Casi cualquier cosa hay que configurarla uno mismo. Y claro, si prefieres dedicar tu tiempo a otras cosas (como en mi caso, programar), eliges sistemas operativos más “amigables” con el usuario final. Es así de simple.
Esta persona también cuenta su experiencia: fue experto en Linux durante 8 años, abandonó por completo otros sistemas operativos y, cuando probó Windows, decidió no volver a Linux.
En resumen, Windows le resultó más práctico y eficiente para su día a día. Y yo lo entiendo perfectamente.
Linux vs Windows: control total vs practicidad
Linux es para quienes buscan control total: trastear, personalizar todo y modificar hasta el último detalle. Windows, en cambio, es más cerrado, pero también más directo y sencillo.
Cuando yo lo probé en su momento, me fascinó poder cambiar temas, instalar paquetes y modificar todo. Pero llega un punto en la vida donde eso deja de ser prioridad. Uno lo que quiere es usar el tiempo en trabajar, no en configurar.
El problema del soporte
Otro fallo importante, aunque no culpa directa de Linux, es la falta de soporte de algunas compañías. Ejemplo: Nvidia apenas ofrece soporte en Linux.
El autor del artículo comenta que siempre tuvo problemas con la interfaz gráfica y, además, con juegos. En mi caso, lo entiendo perfectamente. Sí, sé que con Steam Deck y algunas distribuciones los juegos corren bien, incluso con más FPS que en Windows. Pero, hablando de equipos de propósito general, la realidad es que Windows sigue siendo más confiable en ese terreno.
Mi experiencia con Windows
En Windows casi nunca tengo problemas de configuración. Una vez instalados los drivers, todo funciona bien. Claro, puede aparecer algún bug, pero basta reiniciar y listo.
En Linux, en cambio, terminaba gastando más tiempo en arreglar problemas que en trabajar. Y ahí está el punto clave: prefiero usar mi tiempo programando, no configurando.
No todo es blanco o negro
Con esto no quiero decir que Linux sea inutilizable. Todo tiene su público.
En mi caso, uso Windows como sistema de propósito general. Pero cuando quiero algo más cómodo para programar, recurro a Mac. Ejemplo: Python en Windows me va fatal. En Mac o Linux funciona muchísimo mejor.
De hecho, en este proyecto de tienda en línea con Django y Tailwind, en Windows siempre tengo errores con entornos virtuales. Apenas abro la terminal, ni siquiera me reconoce el venv, cosa que no me pasa en Linux ni en Mac.
Windows, Linux y Mac tienen cada uno su espacio. En mi caso:
- Windows lo uso como máquina general.
- Mac lo uso para programar y aprovechar el ecosistema de Apple.
- Linux lo respeto muchísimo, pero hoy en día no es mi elección para trabajar.
- Prefiero invertir mi tiempo trabajando, no trasteando con configuraciones.
Acepto recibir anuncios de interes sobre este Blog.
Un experto en ingeniería inversa abandona Linux y elige Windows 11 por pura practicidad.